La confusión reina suprema entre la gente ordinaria y entre muchos aspirantes espirituales. El poder de las ideas y los conceptos está más allá del entendimiento. Una idea estúpida pero poderosa podría sacudir al mundo hasta sus mismísimas raíces. Desafortunadamente, no hay escasez de tontas ideas y conceptos todo el tiempo por aquí. Incluso los aspirantes espirituales son a menudo presas de ridículas ideas y conceptos porque no tienen el antídoto correcto para esa clase de veneno. Analicemos algunas locas ideas a las cuales, no obstante, se las toma muy seriamente:
Cada persona tiene una meta distinta en la vida
Éste es un concepto común que luce genial. Por ejemplo: tu meta en la vida es ser albañil. ¡Bien! O tu meta en la vida es ser plomero (fontanero). ¡Bien! O ser pianista. ¡Bien! Puedes escribir tu propia lista. Sí, esta idea parece inofensiva y cierta, porque cuando miras al mundo ves albañiles, plomeros (fontaneros), pianistas, etc. De cualquier modo, existe un problema aquí. Ser un albañil, un plomero (fontanero), un pianista, etc. no es una “meta” sino un “rol”. La gente confunde lo primero con lo segundo constantemente. Una meta es algo que alcanzas y nunca se va. Al contrario, no puedes conservar tu rol de albañil, plomero (fontanero), pianista, etc. para siempre. Al mismo tiempo, no puedes ser albañil, plomero (fontanero), pianista, etc. todo el santo día. Por ejemplo, tienes que dormir en algún momento. Entonces te vuelves un “durmiente”. Bien, pero ésta no es una meta tampoco, sino otro rol. La tarada cuestión prosigue y prosigue, y ves como la gente juega rol tras rol sin nunca alcanzar ninguna meta real.
La meta de la vida varía según la persona
Éste es otro concepto erróneo. La meta de la vida es siempre la misma. No varía para nada. Permíteme explicarme: Si le preguntas a alguien sobre “su meta en la vida”, dirá “ayudar a otra gente”, alguien más dirá “crear cosas”, incluso otra persona establecerá que la meta de la vida es “dar a luz niños”… o bien, una persona religiosa dirá que es “contemplar a Dios”, etc. No obstante, esas cosas no son la meta de la vida. ¿Qué es entonces? ¡Libertad! Si no eres Libre, no puedes ayudar a nadie “realmente”, no puedes crear nada que sea “verdaderamente” valioso, no puedes dar a luz “una persona santa”, etc. Si estás en esclavitud, todas tus acciones sucederán en tu pequeña o gran cárcel. Siendo éste el caso, ¿por qué todo ese alboroto acerca de ayudar a otros, crear cosas, procrear, etc.? Es siempre relativo a vivir en una prisión.
Alguna gente podría decir que porque viven en un país libre, son libres. No, eso no es verdadera Libertad. La verdadera Libertad equivale a no ser perturbado por todo lo que le está ocurriendo a tu mente y a tu cuerpo. Si puedes conservar tu conciencia del Yo libre de cambios a despecho de que tu mente y cuerpo estén expuestos a placer y dolor, eres genuinamente Libre. Si no puedes, estás en esclavitud. Y estoy completamente seguro de eso. Y no, esto no significa que una persona Libre le dirá a su dentista: “Sin anestesia pues soy Libre”. NO, no es un tarado, lector. Y si un tsunami viene en su dirección, huirá también como el resto de la gente, porque no es un tonto. Sin embargo, mantendrá la misma Bienaventuranza como siempre. Su conciencia del Yo ni siquiera se mueve un milímetro. Nunca está en problemas como el resto de la gente, pues el Libre no asocia a su “Yo real” con cuerpo y mente. Por lo tanto, todo lo que le esté sucediendo a los últimos dos no le está sucediendo a él mismo.
Muy a menudo “se da por sentada” la Libertad, pero es algo a ganar. Es la verdadera Meta de la vida. Si caes presa de madre ignorancia todo el tiempo, no eres Libre. Si no eres Libre, ¿cuál es el objeto entonces? Muchísima gente ha luchado por la libertad, pero esta libertad es solamente relativa a sus cuerpos. Por el otro lado, son vencidos constantemente por sus mentes. Algunos bellos u horribles pensamientos aparecen, y esas personas creen que esos pensamientos son “suyos”. Como resultado, obtienen los buenos y malos frutos de esos pensamientos. No pueden escapar al proceso de identificación con sus mentes. Pueden decir “cualquier cosa”, pero al final, sus mentes los someten. Están incapacitados y si estas personas son aspirantes espirituales, conocen su prisión hasta cierto punto al menos. Puedes ver esta tragedia sucediendo por los siglos de los siglos. Consigue un libro de historia y lee. Es siempre la misma locura humana, o sea, gente totalmente identificada con locos pensamientos. Si lees biografías, mayormente lees sobre eventos que les sucedieron a los cuerpos y mentes de esas personas, no a su “Yo real”. ¿Has leído una biografía que trate sobre el “Yo real” de alguien?
Como la mayor parte de las personas están plenamente identificadas con sus cuerpos y mentes, piensan que son únicamente cuerpo y mente. Su “Yo real” permanece en ellas siempre, pero como no se dan cuenta de Él, es como si el “Yo real” no estuviese en ellas. Viven sus vidas de esta manera y madre ignorancia prospera una y otra vez.
Vivir es existir en tanto que morir es dejar de existir
Este concepto luce razonable también. Comúnmente oyes a alguien decir: “Él dejó de existir”. Bien, es una forma de hablar, por supuesto, y no la verdad. La verdad es que vida y muerte se relacionan solamente con el cuerpo físico. Ni siquiera se relacionan con la mente, ni que hablar del Ser. Estos conceptos a menudo confunden a la gente. ¿Por qué? Porque la ignorancia espiritual es muy fuerte. Podría citar escrituras para respaldar mi afirmación de que el “Yo real” nunca cesa de existir, pero no haré eso. Sólo acudiré a tu propia experiencia, lector: “Dime, ¿cuándo dejaste de existir en el pasado?” Dije en el pasado, pues al presente tienes que existir o no podrías leer mi artículo actual. Puedes meditar en la cuestión por eones, aún así nunca percibirás un momento cuando no exististe. Puedes decir, “Bien, antes de nacer, no existía”. De todas formas, sientes “de algún modo” que eso no es cierto. Estoy absolutamente seguro de ello. ¿Por qué? Porque sé con total seguridad que el Ser es la Existencia Misma. Como todos son el Ser, todos existen por siempre. No hay nadie cesando de existir, jamás.
Sin embargo, la muerte desconcierta a la gente. Porque ellos ven otras personas muriendo y supuestamente morirán también. Pero eso es únicamente cierto con referencia a sus cuerpos físicos. Si se consideran como meros cuerpos físicos, estarán acordemente temerosos de la muerte. No obstante, como son inherentemente el Ser, nunca pueden dejar de existir. Porque alguien debe existir para experimentar la muerte. ¿Cómo experimentar la muerte sin existir? No puedes decir, “No estoy existiendo pero al mismo tiempo estoy muriendo”. Esto es absurdo. ¿Dónde está el problema entonces? La raíz del problema es el concepto de “vida” siendo igual a “existencia”, y “muerte” siendo igual a “inexistencia”. NO. Eso no es cierto. Durante la vida y la muerte, alguien tiene que existir para experimentar ambos. No hay jamás inexistencia. Nadie puede contemplar la inexistencia. ¿Por qué? Porque el que la contempla existe siempre. De esta manera, la inexistencia no puede experimentarse nunca. Existe siempre “alguien”. ¿Quién es? ¡El Ser! Ah, el Ser. ¡Sí! ¿Y quién es el Ser? ¡Tú!
Si eres lo suficientemente tonto, puedes meditar en el Ser por eones y aún así no eres capaz de darte cuenta de Él. Pero si eres lo bastante inteligente, te das cuenta de Él enseguida. El Tipo es tan obvio que el asunto de gente siendo engañada por la ignorancia espiritual es tan cómico. El Ser es todos, pero al mismo tiempo sólo unos pocos pueden darse cuenta de él. ¿Cómo puede estar ocurriendo esta cosa loca? A través de Su Poder. Él decide volverse un tarado o una tarada y pasar toda una vida diciendo disparates y haciendo acciones estúpidas. Es tan poderoso que por Su Libre Voluntad, se vuelve el rey de los tontos. Su Libertad es tan absoluta que puede ser absolutamente sabio o tonto. No hay ningún fin para Su Libertad. Por ejemplo, Su Poder ha estado matándolo a Él por una incalculable cantidad de años a través de meteoritos, enfermedades, flechas, balas de cañón, proyectiles, bombas atómicas, etc. Por eones ha sido matado pero aún existe como la Realidad más nueva. Su Poder lo ha mordido, lo ha despedazado, le ha disparado, y así sucesivamente una y otra vez, de toda manera posible, ¡pero el Tipo es a prueba de todo!
Darse cuenta de Él en uno mismo es lo más importante de la vida, porque este acto es otorgador de Verdadera Libertad. ¡Qué este Gran Señor sea alabado siempre entonces, ya sea que asuma la forma de sabios o tontos! ¡Qué este Gran Señor comparta Su Libertad con todos!