Dije que existen tres maneras de conseguir conocimiento correcto: experiencia directa, deducción y testimonio.
Una persona que ha disuelto su ignorancia acerca de las escrituras pero carece de experiencia directa del Ser es un teórico. ¿Por qué? Porque tiene que acudir todo el tiempo a los procesos de deducción y testimonio para probar lo relacionado al Ser. A su vez, una persona que tenga experiencia directa del Ser pero no haya disuelto su ignorancia acerca de las escrituras, tiene siempre problemas para mostrar la verdad del Ser al resto de la gente, es decir, no puede ser un maestro espiritual. Además, no puede gozar plenamente de su iluminación espiritual hasta que su cuerpo caiga (muera).
Explicaré esto con un ejemplo sencillo. El siguiente es un argumento usual:
“El universo salió desde la nada. Provino desde un vacío y regresará a un vacío.”
Ahora, imagina a una persona cuya ignorancia espiritual esté en pleno vigor (o sea, carece de experiencia directa y también retiene ignorancia sobre las escrituras) siendo confrontada con ese usual argumento acerca de la “nada” o “vacío” como siendo la fuente de todo lo que existe, es decir, “la inexistencia es el origen y fin de todo lo que existe”. Este tipo de persona puede estar o no de acuerdo con el argumento. Si está en desacuerdo, tiene problemas para exhibir pruebas. Dirá algo como esto: “¡Creo en Dios!” o “Creo en una Realidad superior”, etc. La otra persona que presentó el argumento de que la inexistencia es la fuente de la existencia replicará: “¡Muéstrame esa Realidad superior entonces!”. Y este creyente en una Realidad superior no podrá probar su planteamiento “de manera satisfactoria” a causa de su inherente ignorancia espiritual. La mera creencia en una Realidad superior no da abasto con la tarea de probar la existencia de tal Realidad.
Esta clase de diálogo disparatado es muy frecuente en el mundo. Lo he oído varias veces. Por esto es que lo estoy usando como ejemplo para enseñarte. Ahora, imagina que ese argumento sobre que la nada (inexistencia) es la fuente de todo lo que existe se le presentase a alguien que tenga experiencia directa del Ser pero que retenga ignorancia acerca de las escrituras. Dirá, “¡No, eso no es cierto!”. El que argumenta que la inexistencia es el origen de la existencia replicará: “¿Por qué?”. Y el diálogo continuará de esta forma:
“Porque estoy experimentando la Fuente de todo lo que existe y esta Fuente existe (es decir, no es vacío o nada)”
“¿Seguro? ¡Muéstrame eso!”
Aún si esa persona pudiese transmitir su estado espiritual a la persona que postula que todo surgió desde la nada, esto sería inútil generalmente. ¿Por qué? Porque alguien que postula que el Ser es mera nada o vacío no tiene el poder para tolerar la revelación directa de su esencia espiritual. Si se hace la transmisión, quedará inconsciente como en sueño profundo. Existe una especie de “fusible” en el propio sistema que lo apaga en caso de que el nivel de energía sea demasiado. Alguien con experiencia directa del Ser está en contacto con la Fuente de todas las energías del universo. De ahí que no pueda transmitir su estado espiritual a gente que no lo merezca así como así, pues estas personas quedarán inconscientes inmediatamente a fin de impedir que les ocurra un daño a sus sistemas.
En definitiva, el que tenga mera experiencia directa del Ser no puede probar que el Ser “sí existe” en un modo que le sea comprensible a la otra persona que no tiene su elevado estado de conciencia, pues todavía retiene ignorancia acerca de las escrituras. Ahora, ¿qué hay en lo referente a un teórico (alguien que disolvió su ignorancia sobre las escrituras pero carece de experiencia directa del Ser)? El teórico dirá esto:
“¡No se puede probar la nada!”
Así, él no intentará probar la “existencia del Ser” sino refutar la existencia de la nada (inexistencia). Luego dirá:
“¿Cómo supiste acerca de la nada?”
El que postula el argumento de que la nada es la fuente y el final de todo lo que está existiendo podría decir que es algo en lo que cree pues no puede ver ninguna Realidad superior en ninguna parte. Bien, si alguien presenta este tipo de argumentos, no desperdicies tu tiempo con él, por favor. De todos modos, él podría decir esto también, lo cual tiene más sentido:
“Ese conocimiento me fue pasado por mis maestros espirituales (en persona o mediante libros, etc.)”
En este caso, el que declaró que la “nada” era la fuente de todo, está diciendo que sus maestros, personalmente o mediante libros, etc., le enseñaron así. Entonces, el teórico dirá como conclusión:
“Si esos maestros hubiesen percibido la nada directamente no habría ningún recuerdo de ella. Uno no puede recordar la nada salvo que uno exista durante la experiencia. Y si uno existe durante la experiencia de la nada, eso no es la nada realmente. Aún postulando que la enseñanza acerca de la nada fue pasada a través de un ininterrumpido linaje de maestros, al menos un maestro al comienzo tuvo que experimentar la nada directamente. Pero si pudo hablar sobre su experiencia, eso quiere decir que la recordó. Y si la recordó, él tuvo que existir durante tal experiencia.
De aquí que la nada absoluta nunca exista, porque existe siempre ‘alguien’ percibiéndola. Si nadie la percibió, ¿cómo pudiste saber acerca de la nada entonces? Y si alguien la percibió, esa persona tuvo que existir durante la experiencia de la nada. Por lo tanto, tu declaración de que el universo salió desde la nada, que provino de un vacío y retornará a un vacío, no es válida, pues no puedes probar la nada. Incluso si concibes a la nada como algo totalmente desprovisto de todo, existe siempre alguien (¡tú!) que percibe eso. Como consecuencia de ello, no es nunca la nada absoluta.
Por consiguiente, uno puede decir que no conoce lo que es la Fuente de todo, pero esta ignorancia no es prueba sólida de que la Fuente misma es la nada (o sea, inexistente).”
De esta manera, el teórico, debido a su ausencia de ignorancia acerca de las escrituras, sabe cómo razonar apropiadamente e inclusive puede presentar citas de escrituras para respaldar su razonamiento. No se lo puede confundir con ningún argumento disparatado sobre el Ser. Uno puede decir cualquier cosa, pero debe probarlo. Yo puedo decir que no hay ningún chip en mi computadora, tú sabes, pero es disparatado.
Y sí, este teórico podría convertirse en maestro, pero como le falta experiencia directa del Ser (a saber, experiencia directa de lo que está probando o simplemente describiendo), ¡es siempre impotente y sus enseñanzas carecen de alma!
La conclusión es la siguiente entonces:
- Un aspirante espiritual debe deshacerse de la ignorancia acerca de las escrituras para así poder disfrutar de su futura iluminación espiritual en la vida presente. Además, al quitar este aspecto de la ignorancia espiritual, puede presentar argumentos válidos sobre el Ser y disipar todas las declaraciones disparatadas de las cuales está plagado este mundo.
- Un aspirante espiritual debe conseguir experiencia directa del Ser para tener verdadero poder y comprensión.
Estos dos aspectos de la ignorancia espiritual deben ser disueltos gradualmente y de forma equilibrada. Ésta es la manera correcta de alcanzar iluminación espiritual, y sobre ello no hay duda alguna.