En la gran mayoría de los casos, la relación “maestro espiritual – discípulo” tendrá que tener lugar para que el Ser se revele a Sí Mismo. Muy muy pocos discípulos son capaces de darse cuenta de Él por sí mismos (sin maestro). Se dan cuenta de Él sin maestro porque son aspirantes espirituales muy avanzados ya desde su mismo nacimiento. Como esta clase de aspirante espiritual no es la regla sino la rara excepción, será excluido de mi explicación aquí.
Existen dos clases de maestros espirituales: falsos y verdaderos.
Los maestros falsos son la mayoría nuevamente… es siempre la misma historia en este mundo, desgraciadamente. Existen muchos subtipos de falsos maestros. Con maestro falso quiero decir un maestro que hace que los discípulos desperdicien su tiempo. Con maestro verdadero quiero decir un maestro que hace que los discípulos avancen hacia un darse cuenta del Ser.
Entre los falsos maestros tenemos la categoría más tarada primero:
Maestros que enseñan que no se necesita de ningún maestro: Esta clase de maestros cree en la individualidad como la fuerza dominante para alcanzar a darse cuenta del Ser. Esto es contradictorio en sí mismo, pues si cualquier aspirante espiritual “como tal” (es decir, como individuo limitado) puede lograr iluminación espiritual “por sí solo”, ¿por qué está el maestro enseñándole eso? El aspirante espiritual ya lo sabía y hallará el camino hacia la captación del Ser por sí mismo en ese caso, y no se necesita de ninguna instrucción.
Espero que me comprendas. Quiero decir, suponte que encuentras a un maestro que enseña que eres totalmente capaz de lograr darte cuenta del Ser por tu cuenta (sin su ayuda). Entonces, ¿por qué necesitó decirte eso? Debería haber asumido que tú sabías eso ya. En este sentido, este tipo de maestros son súper tarados, porque estableciendo que no necesitas un maestro espiritual, tácitamente enseñan que ellos mismos, al igual que sus enseñanzas, son inútiles. Siendo éste el caso, ¿de qué sirve que los escuches entonces? No hay fin para la tontería humana. No estoy diciendo que ellos son malos o malintencionados siempre. NO. Puede que sean buena gente, pero con su discurso acerca de la sagrada relación entre maestro espiritual y discípulo ellos sólo agregan más confusión al ya confundido aspirante espiritual. No son de ninguna utilidad entonces.
Maestros que enseñan que lo único que necesitas hacer es “dejarlo ser”: Ésta es otra tonta clase de falso maestro espiritual. No son malos siempre tampoco, sólo absurdos. Enseñan que todos los aspirantes espirituales deberían fluir con la fuerza de la naturaleza, la vida, Dios, etc. En suma, “déjalo ser siempre”, “sé tú mismo como eres esencialmente”, etc. Mientras que se pueden dar estas enseñanzas a discípulos asombrosos a punto de alcanzar Liberación Final, no se pueden dar al resto de aspirantes espirituales por una simple razón: “no pueden fluir”, “no pueden dejarlo ser”, etc. Por consiguiente, esta clase de maestros luce “genial” e “impresionante” pero al final son inútiles porque los aspirantes espirituales desperdician su tiempo con alguien cuyo sentido común se perdió.
Los aspirantes espirituales usuales le cuentan toda la historia de su vida a sus maestros espirituales, tú sabes. Por ejemplo, un aspirante espiritual puede decirle esto a su maestro: “¡Mi esposa me engañó, y me siento tan mal y frustrado!”. Así, el maestro le dirá: “¡Déjalo ser… sé tú mismo!”. Una de las peores consecuencias de este tipo de enseñanzas es que el tipo le llegue a permitir a la peor porción de su ego (no de él mismo) fluir y matar a su esposa. En vez de dar adecuadas enseñanzas según el nivel de los aspirantes, esta clase de maestros da la enseñanza más avanzada a todos los aspirantes espirituales. No hay sentido común aquí.
Un aspirante espiritual que viva en este kármico lugar llamado el mundo encara problemas que no puede solucionar meramente dejándolos ser. Por supuesto que al final es todo cuestión de ignorancia espiritual y su mente, pero ese aspirante espiritual no tiene verdadero poder para lidiar con ese obstáculo en la etapa de evolución espiritual en que se encuentra. “Así que tienes un cáncer mental… déjalo fluir”, esto es absolutamente estúpido. El maestro debería proveerlo de conocimiento correcto y algún tipo de práctica que sea apta para él en ese momento. Decir “déjalo fluir, déjalo ser” no es la enseñanza adecuada salvo en el caso de aspirantes espirituales grandemente evolucionados quienes, obviamente, no necesitan para nada a este tipo de maestros pues esos aspirantes ya sabían esa enseñanza.
Maestros que enseñan alguna cosa loca: No todos los aspirantes espirituales son lo suficientemente inteligentes. Algunos de ellos serán guiados erróneamente por este tipo de maestros. Esta categoría de maestros falsos incluye a todos esos dementes que dicen “tácita o abiertamente” que el Ser llegará algún día a la tierra, o que el Ser está muy lejos en alguna nave espacial, o que Él es un cyborg que vive en una cueva profunda en Marte y así sucesivamente. Esta clase de maestros prolifera en el mundo de hoy en día, desafortunadamente. Como resultado, he visto personalmente como muchos aspirantes espirituales son llevados desde una locura a la siguiente, clase tras clase. Esos maestros le dieron rienda suelta a su imaginación hasta que ellos y sus discípulos se volvieron totalmente locos de remate. No tienen ninguna escritura que pruebe su argumento, por supuesto. Solamente tienen “revelaciones”. No son necesariamente malos, sólo gente insana.
A veces, uno de estos maestros es lo bastante loco como para hacer que sus discípulos cometan suicidio en el nombre de Dios, o por miedo a un inminente apocalipsis, etc. Cuando esto sucede, puedes estar seguro de que el maestro es todo un psicópata.
No se los recomienda en absoluto, no solamente porque los aspirantes podrían terminar en un manicomio o incluso muertos, sino especialmente porque desperdiciarán su tiempo otra vez con maestros tan inútiles.
Maestros que buscan hacer dinero, fama y cosas de ese tipo: Maestros espirituales que tengan discípulos solamente para hacer dinero, fama y similares trivialidades no son nada más que mendigos. Pueden ser dañinos también. Los aspirantes espirituales pueden aprender algunas cosas reales de ellos, pero puesto que dinero, fama, etc. están siempre en el medio, este tipo de maestros es absolutamente inútil al final. Sus ansias de dinero pueden llegar al punto donde sólo los millonarios podrían ser aspirantes espirituales que estén aptos para darse cuenta del Ser. En definitiva, no pierdas tu tiempo con ellos. Normalmente enseñan en grandes organizaciones que andan con la cuestión monetaria a cuestas todo el tiempo. Mientras que puedo entender que un maestro podría cobrarles a sus discípulos un poco pues necesita seguir viviendo en este mundo, si les cobra demasiado o deja fuera a los que no tienen dinero suficiente, no es un verdadero maestro espiritual. Entonces, no estoy diciendo que todos los maestros espirituales deberían seguir el camino “gratuito”, pero el precio de sus enseñanzas debería ser razonable.
Estos maestros suelen dar caros cursos tras cursos, remarcando cuán buenos son sus cursos, etc. Puedes reconocerlos inmediatamente, porque según ellos, después de cada curso deberías tener el mismísimo estado del más grande sabio védico. Esto es estafar a la gente. En realidad, eso no es posible nunca. No ganarás Liberación Final en un santiamén. Te costará un ojo de la cara en lo relativo a cantidad de esfuerzos, figurativamente hablando. Si la Liberación Final fuese tan fácil como estos maestros anuncian, ¿por qué no está este mundo lleno de gente liberada? Otro engaño entonces y más tiempo que se desperdicia en todo eso.
Maestros que buscan explicar al Ser a través de procesos materialistas: Ésta no es una invención moderna, pero estos maestros proliferan ahora. Tratan de establecer que puedes alcanzar al Ser alterando tus procesos cerebrales, ADN y cosas similares. Están constantemente intentando hacer que alcances al divino Ser a través de explicaciones médicas, científicas, etc. Este tipo de maestros podría incluso estar tan obsesionado con los procesos cerebrales como para escanearte el cerebro mientras tú meditas y arribar a alguna estúpida conclusión sobre cómo alcanzar iluminación espiritual. La característica principal es que ellos están constantemente tratando de reducir de alguna manera todo lo que es espiritual a la esfera material.
Podrían haber inclusive más categorías, por supuesto, pero con las que cité tienes más que suficiente. Todos esos falsos maestros pueden ser bienintencionados o malintencionados. De cualquier modo, comparten una característica común: hacen que los aspirantes espirituales desperdicien su tiempo inútilmente.
Después de eso tienes a los verdaderos maestros espirituales. Su característica común es que todos ellos consideran que el Ser es divino y reside “aquí y ahora en ti”. Así, puedes empezar tu senda espiritual sólidamente con ellos, pues sabes a través de sus enseñanzas que el Ser está aquí, dentro de ti (por decirlo de algún modo), y que te es posible darte cuenta de Él. La iluminación espiritual (también conocida como Liberación Final) es real y posible entonces.
Obviamente, los maestros espirituales genuinos te enseñan todo lo relativo al Ser según los sistema filosóficos que estudiaron y practicaron. Explicarán al Ser, al Poder del Ser y a los individuos limitados de distintas maneras entonces. Prescribirán diferentes métodos también. Pero todos estos verdaderos preceptores espirituales siempre apuntan en la dirección del Ser. Algunos de ellos podrían iniciarte en el sendero espiritual. Otros podrían enseñarte la verdad contenida en un sistema filosófico. Incluso otros maestros genuinos te llevarán directamente a la Liberación Final a través de sus instrucciones especiales, etc. A pesar de sus diferencias, comparten esta característica común: no harán que los aspirantes espirituales desperdicien su tiempo inútilmente. Al contrario, su ayuda se volverá absolutamente indispensable.
La noción de que el individuo limitado puede ser libre “por sí solo” (sin ninguna ayuda extra de nadie) es cierta en el 0,01% de los casos, por así decir. La gran mayoría de los aspirantes espirituales necesitarán siempre verdaderos maestros espirituales al menos por un cierto período de tiempo. No pueden ser libres sin su ayuda. Sí, es verdad: el individuo limitado es el mismísimo Ser enloquecido. Pero es también verdad que: el individuo limitado, en general, no puede darse cuenta de que es el Ser sin la ayuda de uno o varios maestros espirituales. Esto se enseña en las escrituras de prácticamente todos los sistemas filosóficos de India. No hay otra forma entonces, excepto que seas un aspirante espiritual muy avanzado que ha nacido casi iluminado. Esto es una rareza.
Pero no necesitas la declaración de las escrituras si tienes un poco de sentido común al menos. Escúchame: si tienes un problema con hardware de tu PC, vas a un técnico y te lo resuelve; si te lesionaste alguna parte de tu cuerpo, consigues un doctor y recobras tu anterior condición saludable; si quieres construir un puente, llamas a los ingenieros; etc. Sin embargo, si quieres cumplir la misión más crucial y difícil de toda tu existencia… puedes hacerlo “por tu cuenta”. ¿Es razonable este modo de pensar o es solamente otro fruto de madre ignorancia?
Cuando no puedes solucionar tantos problemas ordinarios “por ti mismo”, ¿cómo se supone que soluciones el Problema Colosal llamado ignorancia espiritual “por tu cuenta”? Esto es absolutamente disparatado salvo que seas casi iluminado desde tu mismo nacimiento. Inclusive en este caso, tuviste que acudir a maestros espirituales en tu vida previa. Por lo tanto, no hay duda de que el individuo limitado se dará cuenta del Ser “en sí mismo”, pero si tratas de llevar la cuestión de la “individualidad” hasta el extremo de omitir la presencia de maestros espirituales genuinos en tu senda espiritual, no estás pensando correctamente. Ésta es la manera correcta de pensar: “obtienes Liberación Final con la ayuda de los que ya la consiguieron y no de otro modo, excepto que tu estado espiritual sea muy elevado desde el momento en que naciste en este mundo”.
En el próximo artículo seguiré hablando sobre maestro espiritual y discípulo.