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Las cualidades de un verdadero Discípulo

Desde un punto de vista práctico, las buenas cualidades son también necesarias o el aspirante no calificará como discípulo. Si no califica como discípulo, no podrá tener un Guru, porque incluso si tiene uno, no podrá sacarle el máximo provecho a su Guru. Ciertamente que, si el Ser así lo decide, aun el peor de los aspirantes puede transformarse en el mejor de los discípulos instantáneamente, pero la mayoría de las veces el caso es que los aspirantes tendrán que adquirir buenas cualidades para calificar como discípulos.


¿Cuáles son esas buenas cualidades? Primero de todo: El discípulo debe estar convencido de que su Guru es el Señor Supremo que aparece como una persona dotada de un cuerpo físico, etc. Si considera que su Guru está por debajo del Señor Supremo Mismo, no alcanzará liberación final. Esto es difícil de comprender, pero estoy diciendo la verdad. Los discípulos que creen que su Guru no es una personificación del Señor Supremo no son realmente discípulos sino meras personas alrededor del cuerpo físico de ese Guru. Están allí como animales alrededor de un ser humano. Imagina mascotas a mi alrededor mientras escribo todas estas enseñanzas espirituales en mi computadora y ésa es una buena representación de cómo luce esa gente alrededor de su Guru.


No tienen ni idea de lo que es su Guru, y ni idea de lo que su Guru está haciendo. Deben dotar a sus egos (sus inventadas individualidades en la forma de "yo soy Juan", "yo soy Juana", etc.) de buenas cualidades entonces. La buena cualidad principal es la firme convicción de que el Guru es el Señor Supremo Mismo que aparece en esa forma humana. Por supuesto, estoy hablando sobre genuinos Guru-s y no sobre meros payasos que usan el apelativo "Guru". Por lo tanto, es obvio que debe haber un cierto grado de entendimiento en el aspirante desde el mismo inicio, o no calificará como discípulo. Para ser un discípulo, primero de todo, debe estar convencido de que su Guru es el Señor Supremo enseñándole.


Por ejemplo, si recibió un Mantra de ese Guru, está convencido de que recibió el Mantra del Señor Supremo Mismo. Si el aspirante no tiene esa actitud, no es un discípulo, y como resultado, el Mantra no le dará frutos en absoluto. No sólo el Mantra, sino que todas sus prácticas no producirán ningún fruto si carece de esa convicción en la divinidad de su Guru. Permanecerá con tal Guru como una mascota con su amo, o incluso peor porque al menos una mascota generalmente obedece a su amo.


A partir de la primera buena cualidad llamada "convicción de que el propio Guru es el Señor Supremo en persona", deriva la segunda: obediencia. Ninguna obediencia es posible si el aspirante piensa que su Guru es una persona ordinaria o aun si piensa que su Guru es un mero mortal como él pero con más conocimiento espiritual, y cosas así.


Un aspirante se transforma en un discípulo real cuando tiene la antedicha convicción entonces, la cual generará casi automáticamente "obediencia". El ego, especialmente en Occidente, está siempre muy acostumbrado a salirse con la suya porque uno aparentemente sabe "qué es lo más conveniente o mejor". Un verdadero discípulo se dio cuenta, desde un punto de vista práctico, que no tiene ni idea de lo que es más conveniente o mejor en su caso, puesto que no sabe nada acerca de su propio futuro en este desolador mundo. Se da cuenta de que vive a merced de todo lo que está alrededor de él (otra gente, cosas externas que se mueven, etc.) y dentro de él (pensamientos, enojo, frustración, etc.). No tiene ni idea de lo que es mejor para él entonces. Este darse cuenta generará obediencia enseguida. Los discípulos desobedientes nunca son discípulos verdaderos, y por supuesto, no son tenidos en gran estima por ningún Guru genuino. Sólo molestan a su Guru como los mosquitos molestan a una persona que vive en una selva. Siempre tienen una mejor opinión, una mejor idea que su propio Guru, y en consecuencia, siempre erran el blanco, y no les sobreviene ninguna iluminación espiritual porque la Deidad llamada "su propio Ser" simplemente "no está complacida" con ellos.


A partir de estas dos buenas cualidades que mencioné, se desarrollarán otras buenas cualidades también. Todas estas buenas cualidades hacen que un aspirante califique como discípulo.

 

Si no es un discípulo real, no será capaz de recibir la instrucción de su Guru apropiadamente, y no ocurrirá ninguna liberación final. No existe ningún modo de engañar en este contexto, o sea, uno es un discípulo real o uno no lo es.


Si uno no es un discípulo verdadero, el proceso de liberación final no procederá correctamente y uno permanecerá en esclavitud. En este caso, ¿cuál es el objeto de tener un Guru entonces? Uno se saldrá con la suya todo el tiempo como el resto de la gente ordinaria en este planeta, pero nunca será Libre en el más verdadero sentido de la palabra.



Guru Gabriel Pradīpaka en El Paramārthasāra de Abhinavagupta

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