Más y más preguntas están viniendo:
P: Quizás mi pregunta es demasiado personal, pero tengo curiosidad acerca de si has logrado darte cuenta del Ser.
R: Se me ha hecho esa pregunta varias veces en el pasado. Si respondo “No”, el que pregunta pensaría: “Si eso es cierto, ¿cómo es posible que él esté enseñando un método para alcanzar iluminación espiritual aquí en este blog? ¡Es un mentiroso!”. Y si respondo “Sí”, el que pregunta probablemente pensaría que soy un mentiroso también pues… “¡Le falta humildad! ¡Una persona que se dio cuenta del Ser nunca diría eso!”. Así, ¿qué debería responder entonces? Esto es desconcertante, ¿no es cierto?, jeje.
Ante mis ojos, toda la cuestión sobre darse cuenta del Ser es solamente Taradez divina. Supe eso sólo cuando alcancé a darme cuenta del Ser y no antes. Entonces, si tengo que dar una respuesta a tu pregunta, ya la di. Me sería imposible lidiar con el tema completo referido a darse cuenta del Ser basándome únicamente en escrituras o enseñanzas que provienen de otros o de la mera deducción. Necesito experiencia personal para cumplir con la difícil misión de enseñar a otra gente a deshacerse de su Taradez divina, jajajajaja. Me río porque el darse cuenta del Ser es una Broma monumental que el Ser se hace a Sí Mismo. O puedes llamarla: Su Juego. Cualquiera sea el nombre, es un gigantesco tributo a Su divina Locura. En este mundo existen muchas comunidades espirituales (online y offline) dedicadas día y noche a darse cuenta del Ser de un modo u otro. Pero todas ellas son como manicomios para mí. De ello no tengo dudas. Todas esas personas, salvo los maestros espirituales ahí “teóricamente” (porque hay gurú-s falsos también), son individuos locos que fuertemente se esfuerzan por darse cuenta de que son el Ser. Ante mis ojos, ante los ojos del Ser convertido en un maestro espiritual, todo eso es absoluta demencia, y no estoy bromeando… o tal vez estoy Bromeando divinamente, jajaja. Y ante los ojos del Ser Absoluto que soy, todo eso es Yo Mismo, y nuevamente de ello no tengo dudas. Así, cada vez que juego el rol de maestro espiritual (p. ej. ahora mismo en este blog), veo gente loca alrededor, pero cuando no estoy enseñando puedo retornar a mi verdadera naturaleza otra vez, lo cual me resulta extremadamente Bienaventurado. Como resultado, para ser un maestro espiritual necesito volverme un poco loco de modo que pueda ver gente en esclavitud que necesita mi ayuda. ¿Puedes seguirme?
P: ¿Podrías expandir tu explicación, pues luce interesante?
R: Te aclararé el tema perfectamente mediante un ejemplo. Suponte que eres un tipo llamado Juan A. (el nombre no importa en este ejemplo, obviamente). Pero, un día, por alguna extraña razón, comienzas a pensar que eres Napoleón. Es algo demente, pero aquí lo tienes: “Soy Napoleón”, dices todo el día. Si eres desafortunado, andarás suelto en las calles, pero si eres afortunado serás llevado a un manicomio para restaurarte la salud mental. En este ejemplo, Juan A. sería el Ser (la propia y verdadera identidad), en tanto que Napoleón es el individuo limitado (es decir, el Ser enloquecido). A su vez, si este loco individuo limitado no es llevado a un manicomio, anda suelto (junto con el resto de Napoleones, por supuesto) y vive una vida “napoleónica” por algunos años hasta que muere. Entonces, una persona ordinaria es un individuo limitado que anda suelto, a saber, no ha sido llevado al manicomio todavía. Y el manicomio es la comunidad espiritual donde se le enseñará que no es Napoleón realmente, sino Juan A., jajajajaja. Estoy diciendo la verdad a pesar de mi risa. Por eso es que te dije que cuando tengo que asumir el rol de maestro espiritual, todas esas comunidades espirituales lucen como manicomios para mí. Allí, en las comunidades espirituales, es de esperar que todos esos afortunados Napoleones sean curados de su enfermedad mental algún día. Entretanto, se los conoce como aspirantes espirituales, o sea, pacientes del manicomio, jajajaja. No puedo dejar de reír pues este asunto del Ser esforzándose por años para darse cuenta del Ser es comiquísimo.
Regresando al ejemplo con Juan A. Cuando eres Juan A. y sabes que eres Juan A., no hay ningún esfuerzo por ser Juan A. porque es tu naturaleza. La cuestión de los esfuerzos aparece cuando empiezas a pensar que eres Napoleón, ¿comprendes? Así, si eres lo bastante afortunado como para hallar un buen psiquiatra (el maestro espiritual), él tratará de curar tu demencia primeramente oyendo todo lo referente a tu vida napoleónica. Le dirás que estás muy contento porque ganaste la batalla de Austerlitz hoy, pero mañana le dirás que estás tan deprimido ya que has sido derrotado en Waterloo… y también le contarás sobre todos tus asuntos con Josefina, jaja. Todos estos diálogos bobos entre tú y tu psiquiatra continuarán por largo tiempo mientras él anota todo. Un día, él te dirá que está convencido de que eres Napoleón pero, mientras tanto, podrías comenzar a repetir la siguiente frase: “yo soy Juan A.” Desde ese momento en adelante empezarás a repetir “soy Juan A., soy Juan A., soy Juan A.” durante años. Del mismo modo, un maestro espiritual tiene que oír todo lo referente a las napoleónicas vidas de sus discípulos por mucho tiempo hasta que un día puede darles un mántra. El mántra está tácita o directamente especificando que “Tú eres el Ser”. ¿Puedes captarlo? Por supuesto, éste es el proceso general pues a veces el maestro espiritual puede darle al discípulo un mántra desde el mismo inicio.
Ese psiquiatra también te da medicina que afectará tu mente de algún modo. De la misma forma, el gurú espiritual te dará rituales para que realices, técnicas mediante las cuales puedes meditar en el Ser de una mejor manera, etc. Todo este tratamiento no sería necesario en absoluto si tú pudieses darte cuenta de que eres el Ser y ya, pero como eso no es generalmente posible ahora mismo, tienes que seguir tomando píldoras, repitiendo “yo soy Juan A.” y cosas así por largo tiempo. Tras muchos años, estás lo suficientemente curado como para que te envíen a tu casa nuevamente. No, no estás todavía totalmente libre del síndrome napoleónico pero existen claros signos de que tu salud mental ha mejorado significativamente. En la senda espiritual, a esto se le llama la etapa de transición cuando estás a punto de ser promovido desde la categoría de aspirante intermedio a la de aspirante avanzado. Este aspirante busca aislamiento y calma. ¿Por qué? Porque la presencia de los otros Napoleones reafirma su enfermedad. En la vida ordinaria, existen muchísimos Napoleones, y en la comunidad espiritual hay también gente con el síndrome napoleónico en su apogeo… sí, sería una especie de Napoleón espiritual, jajaja, pero es la misma demencia excepto que se ha convertido en locura espiritual ahora. Todas esas personas son una distracción para él y perturban su tratamiento.
Cuando se te da de alta del manicomio, regresas a casa. En ese momento, cuando llegas a tu hogar, tarde o temprano descubres tu documento de identidad (tu cédula) que dice que eres… ¡Juan A.! ¡Estás pasmado! Después de todo, el psiquiatra tenía razón porque eres efectivamente “Juan A.”. Ésta es la etapa cuando abandonas tu interés en gurú-s humanos (los psiquiatras) y te interesas crecientemente en las escrituras (tu documento de identidad en el ejemplo). Después de algún tiempo leyendo más y más papeles que afirman que eres “realmente” Juan A. y no Napoleón, te curas repentinamente de tu problema mental. En espiritualidad, ese momento es “darse cuenta del Ser” y viene en la etapa avanzada tras leer una o varias escrituras que dicen que eres el Ser. Después de que finalmente “captas” que eres Juan A. y no Napoleón, el juego se terminó… pero, como existen tantos Napoleones sueltos en las calles y en los manicomios, tienes que conservar eso para ti generalmente. Entonces, sabrás de verdad que eres Juan A. pero seguirás jugando el rol de Napoleón.
En espiritualidad, una persona que se dio cuenta del Ser continuará su vida como lo hacía usualmente, es decir, retendrá su individualidad externa mientras dentro se deleitará en su verdadera identidad como el Ser. Algunas de estas personas iluminadas harán el papel de maestros espirituales, lo cual nunca es buenas noticias para ellos, confía en mí. Aparentemente, estar rodeado de discípulos que alaban a su maestro espiritual es una gran cosa, pero eso no es cierto. El maestro espiritual tiene que descender un poco desde su estado como el Ser para ver aspirantes espirituales necesitando de su ayuda. Esto significa que el maestro espiritual tendrá que aceptar un poco de demencia por el tiempo que lleve jugar ese rol. Si se eleva hasta su estado natural como el Ser, deja de ver discípulos porque todos ellos se ven como el Ser, como Él Mismo. Por esta razón, debe mantenerse en la arena de la locura para ayudar a otra gente. Esto es algo que no se comprende plenamente hasta el momento en que uno se da cuenta del Ser. Antes de darse cuenta del Ser, ser un maestro espiritual luce como todo un deleite, pero después de darse cuenta del Ser sólo luce como una misión a cumplir. No hay ningún delite en eso porque ¿quién estará deleitado en volverse loco, incluso levemente?
P: ¿Existe un atajo, quiero decir, existe una manera de evitar el manicomio y rápidamente darse cuenta de que uno no es este individuo limitado sino el Ser?
R: En teoría, no hay nada en absoluto que te impida darte cuenta de tu propio Ser, porque eres Él todo el día y toda la noche. De cualquier forma, en la práctica, Él (o sea, Tú) toma la decisión de volverse loco y generalmente lleva mucho tiempo recuperar Su naturaleza perdida, la cual, paradójicamente, está constantemente aquí como Él Mismo. Todos tus problemas nunca se relacionan con el Ser sino que siempre tienen que ver con el “individuo limitado” (Napoleón en el ejemplo). Puedes aplicarte a solucionar un problema tras otro, pero esto es también loco porque no termina nunca ya que nuevos problemas emergen constantemente. La verdadera solución es darse cuenta del Ser pues te desembarazas de tu identidad falsa que es la fuente de todos esos problemas. Aún si los problemas persisten, están afectando al individuo limitado pero no a Ti. En este sentido, una persona que se dio cuenta del Ser parece ser afectada por tantas cosas pero realmente permanece sin ser afectada por todas ellas.
En mi propio caso, llevó 27 años obtener una captación (darme cuenta) plena del Ser, o sea, ésa es la medida de mi locura anterior. Aparentemente, más años lleve, más orgulloso uno debería estar pues, tú sabes, has estado meditando por tanto tiempo y eres un aspirante tan experimentado, etc. Sin embargo, en realidad, más tiempo te tome darte cuenta del Ser, más loco estabas, jajaja. Las personas que están muy orgullosas pues han estado en espiritualidad por décadas a despecho de que nunca se dieron cuenta del Ser están únicamente exhibiendo su absoluta tontería y no su sabiduría. La gente sabia se da cuenta del Ser en corto tiempo. Sí, a esto se lo ve raramente en este mundo debido a la muy baja calidad de los aspirantes, pero es no obstante totalmente posible. En definitiva, pasar 27 años repitiendo “Yo soy el Ser” para darme cuenta de lo que fui/soy/seré por siempre es locura absoluta por no decir más. De cualquier manera, aquí lo tienes: mi senda espiritual, jajaja. ¡Me río porque todo esto es una gigantesca Broma divina!
Algunos aspirantes inclusive necesitarán varias vidas para darse cuenta de que son el Ser, lo cual solamente aumenta la dimensión de Su Broma. El Poder del Ser es la causa raíz de toda esta confusión y la madre de todos estos Napoleones, tanto de los que andan sueltos en las calles como de esos que están en los manicomios llamados comunidades espirituales. Por eso es que siempre afirmo que el Poder del Ser es el verdadero Hacedor y no el individuo limitado. Este Poder trajo esta demencia llamada esclavitud, y a través de Su Gracia (o sea, Tu Gracia), este Poder se la llevará al final. No hay nunca Gracia que esté siendo otorgada por un factor externo a pesar de que use la palabra “el Ser” en tercera persona. Tiene siempre que ver con Tu propio otorgamiento de Gracia, es decir, te otorgas Gracia a Ti Mismo. No existe ningún Señor externo otorgándote Gracia y todo eso. Si no piensas así, estás aún sufriendo del síndrome napoleónico. Toda esta confusión es constante y hace de este mundo lo que es. Un número interminable de individuos limitados nacieron y han muerto. Durante el tiempo que vivieron, fuertemente creyeron que eran individuos limitados, pero ahora se han ido. De igual modo, todos estos individuos limitados que están vivos ahora estarán muertos tarde o temprano. Antes de su nacimiento, eran el Ser y después de su muerte serán el Ser. Es sólo en el medio que ellos son el Ser pero lucen como otra cosa. ¡Ésta es la Broma más grande de todos los tiempos!
P: Continuando con el ejemplo, entonces una persona que se dio cuenta del Ser es alguien que finalmente comprendió que es Juan A. y no Napoleón.
R: ¡Correcto! Cuando uno piensa que es Napoleón, hay tensión. ¿Por qué? Porque no es su naturaleza esencial sino un falso rol. Esa persona tendrá que hacer fuertes esfuerzos para mantener a Napoleón vivo. Si no puedes ver esto en tu propia vida, puedes verlo todo alrededor. Mira a todas esas personas constantemente desviviéndose para mantener a sus Napoleones andando. Por ejemplo, si sus Napoleones son insultados ellos se disgustan tanto. Más esfuerzo hacen para mantener a sus Napoleones funcionando, más sufren. Todo ese esfuerzo involucra tensión y falta de verdadera Felicidad. ¿Por qué? Porque Napoleón (también denominado el individuo limitado) es una mera invención del Poder del Ser y no su (de esa gente) verdadera naturaleza esencial. Por eso es que no se puede alcanzar al Ser mediante ningún esfuerzo, porque Él es la propia naturaleza esencial y no algo ficticio o artificial como el individuo limitado. Después de darse cuenta del Ser no hay esfuerzo en lo más mínimo para conservar al Ser como la propia identidad pues Él es naturalmente así. Esto fue enseñado por el gran sabio Patañjali también en sus Yogasūtra-s IV.25.
Paradójicamente, los aspirantes espirituales están haciendo esfuerzos para reemplazar su falsa identidad con la verdadera. Todo eso es totalmente absurdo y loco, pero Su Juego (o sea, Tu Juego) es así, tú sabes. Si esos aspirantes fuesen realmente inteligentes, se darían cuenta del Ser instantáneamente porque son Él constantemente. Por desgracia, mayormente no son muy inteligentes y la divina Broma prosigue.
En mi propio caso, Gabriel es mi Napoleón personal. No estoy incluyendo mi nombre espiritual, porque ese nombre me fue dado por uno de mis psiquiatras, jajaja, para recordar que soy el Ser y no Gabriel. Cuando comencé con mi demente e inexistente camino espiritual (pues el Ser es siempre el Ser y no está evolucionando jamás), ese psiquiatra (maestro espiritual) me dijo lo siguiente: “Cuando logres la iluminación espiritual, serás la misma persona que eres ahora”. Eso me resultó intrigante, pues en esa época imaginaba que darse cuenta del Ser significaba “un cambio completo” en mí mismo. Continué albergando esa fantasía por muchos años tras haber recibido tales instrucciones. Pero, después de darme cuenta del Ser seguí siendo el mismo Ser como siempre. No hubo ningún cambio en Mí Mismo pues soy totalmente inmutable en el más verdadero sentido de la palabra. Puesto que soy constantemente una masa compacta de Libertad y Bienaventuranza, ¿cómo se supone que cambie incluso un poquito? Los cambios le sucedieron a Gabriel, es decir, a Napoleón, jajaja, pero esto es irrelevante y a nadie le importa.
En el momento de darse cuenta del Ser uno comprende finalmente que su Napoleón y sus correspondientes problemas no están nunca afectando al Ser, o sea, Uno se da cuenta de que Uno nunca es afectado por nada en absoluto. El Estado del Ser es tan Asombroso y Pleno que todo lo demás es eclipsado por Su Luz. No hay retorno a la previa condición de limitación salvo que estés jugando el rol de maestro espiritual y como consecuencia de ello precises descender un poco desde ese Estado para ver discípulos en esclavitud. En este sentido, el estado de ser gurú espiritual es ciertamente alienación o demencia asumida a voluntad por una persona que se dio cuenta del Ser. En vez de permanecer deleitada en su propia naturaleza esencial como el Ser por siempre, esa persona tiene que volverse un poco loca y renunciar (levemente al menos) a este Deleite para ayudar a otra gente que, sorprendentemente, aún no puede captar que son el Ser omnipresente repleto de Libertad y Bienaventuranza. Nadie quiere estar en los zapatos de un maestro espiritual entonces, salvo que uno esté todavía sufriendo el síndrome de Napoleón.
P: ¿Quién decide que una persona que se dio cuenta del Ser se convertirá en maestro espiritual?
R: El Ser. No hay ningún individuo limitado tomando ninguna decisión con respecto a este asunto. Si Gurú no está activo en gurú, este último será inútil. Como Gurú es el Ser Mismo en modo Gracia, si no asume esta condición de ser Gurú, ningún gurú humano será efectivo, espiritualmente hablando. El proceso entero de Gurú emergiendo en gurú ha sido explicado por mí en artículos anteriores, como seguramente sabes. Cuando uno siente que Gurú emerge de esa manera, sabe de verdad que es un maestro espiritual. En este sentido todos los gurú-s son siempre proclamados por el Ser (Autoproclamados). Dije eso pues algunas personas seguramente piensan que un gurú debería ser proclamado por su propio gurú, pero como ambos son el mismo Ser, es siempre Autoproclamación (una proclamación hecha por el Ser) porque nunca hay “otro”. Si esas personas piensan que se necesita de “otro” para ser gurú, están aún sufriendo el síndrome napoleónico pues están confundiendo a Gurú con un cuerpo físico. Gurú es el Ser en modo Gracia y no un mero ser humano. En este sentido, si te vuelves un gurú espiritual genuino, sólo necesitas a Gurú activo en ti y no a alguien más (a otro ser humano) que anuncie que eres gurú. Aún si alguien más por casualidad hace eso, él es también Gurú porque el Ser está constantemente solo.
Sí, existen gurú-s autoproclamados pero son falsos pues deberían ser “Autoproclamados” (proclamados por el Ser), jaja. Además, si la regla de que otro gurú (un ser humano llamado gurú) es necesario para decirle a otra gente que eres gurú, ¿entonces que harás si ese gurú humano ha dejado su cuerpo? Éste es mi caso. Así, como mi gurú se ha ido y fundido en el Ser (es decir, en Mí Mismo, jajaja), no puede ser resucitado para anunciar que su discípulo Gabriel P. es finalmente gurú. Y, como este mundo está lleno de Napoleones todo el tiempo buscando conquistar al mundo, me sería difícil hallar a un gurú verdadero que anuncie que soy gurú. Como puedes ver, toda la cuestión es absurda y muchas enseñanzas deben ser reformuladas ya que, después de todo, el Ser en modo Gracia es Gurú y no alguien dotado de un cuerpo humano. Puesto que la mayoría de las personas están completamente identificadas con sus propios cuerpos, ellas confunden al gurú humano con el verdadero Gurú y la Broma comienza otra vez.
P: Entonces, te sientes un gurú.
R: No todo el tiempo, sino solamente cuando tengo que enseñar. El estado de gurú para mí es “alienación” o “locura” porque me es muy obvio que todos mis discípulos son el Ser. Toda la cuestión sobre conducir a discípulos hacia la Liberación Final es completamente absurda ante mis ojos. De todas formas, sigo las reglas de Su Juego (o sea, de Mi Juego, jaja, ¡esto es muy divertido!). Hay muchas personas que sienten fuertemente que el Ser es una tercera Persona que está en todas partes. En consecuencia, postulan que tú y el resto son “otras personas” que fueron creadas por esa Persona. Ante mis ojos, ellos están totalmente desquiciados por no decir más (sí, son Napoleones también), ya que la Verdad es siempre “no dual” y como resultado no hay lugar para “otro”. Un individuo limitado que está todo el tiempo apegado a su cuerpo físico y mente no tiene poder como para tener “divina autonomía” y existir “aparte de Su Creador”. El individuo limitado es totalmente impotente, ¿así que cómo se las arreglaría para existir aparte de su Todopoderoso Señor? ¿Puedes seguirme? ¿Quiénes son todos estos individuos limitados por aquí como para existir aparte de su Ser? Si postulan que están existiendo aparte de Él, eso es falso y mera arrogancia. Cuando no pueden dar abasto con la sencilla tarea de controlar sus propios hígados, ¿cómo podrían dar abasto con la tarea de existir aparte del Omnipotente Ser? Eso es un disparate total. Sin embargo, esos Napoleones prosperan en este mundo y difunden su mensaje de que el Señor Supremo es Alguien Más aparte de ellos mismos. El que prosperen en este mundo muestra la magnitud de esta Broma cósmica.
Por consiguiente, incluso el estado de ser gurú se siente como demencia porque uno tiene que ver a discípulos en esclavitud o todo el proceso es absolutamente estúpido. Para hacer así, uno necesita bajar un poco desde el Estado natural del Ser y volverse un maestro espiritual. Esto es alienación en el más pleno sentido del término. Por ejemplo, a medida que estoy escribiendo debo permanecer “un poco alienado” o “loco” para percibir futuros lectores de mi presente artículo. Si entrase en el Estado del Ser ahora mismo, mi acto de escribir se detendría pues los lectores no existirían como distintos de Mí Mismo. De allí que para ser maestro espiritual, una persona que se dio cuenta del Ser tiene que forzar la maquinaria para ser un poco diferente del Ser y de este modo poder enseñar a otra gente en esclavitud. Todo ese proceso se siente como un viaje al infierno pero es necesario porque mis discípulos napoleónicos aún no pueden captar que son el glorioso Ser. ¡Qué Broma monumental!
El Ser dice: “Ahora, ¡que este individuo limitado se libere plenamente!” y él es libre. El Ser dice: “Ahora, ¡que este individuo limitado sea gurú” y él es gurú entonces. Nuevamente, el Ser dice: “Ahora, ¡que toda esta gente permanezca como discípulos en esclavitud!”, y todos ellos permanecen así. Como puedes ver, lo que el individuo limitado hace o no hace es completamente irrelevante porque el limitado no puede controlar al Ilimitado. Esto es muy difícil de tragar en el caso de un individuo limitado pues está muy acostumbrado a ser “el hacedor” y “el que toma decisiones”. Esto nunca es cierto, pues el Poder del Ser es siempre el verdadero Hacedor. Pero en el caso de Liberación Final o esclavitud, esta verdad es todavía más obvia porque todos los esfuerzos que hace el individuo limitado serán en vano si el Ser decide que permanecerás en esclavitud por los próximos eones. A su vez, si Él decide que te liberarás ahora mismo, tú, como individuo limitado, te liberas inmediatamente. Finalmente, todos los esfuerzos de un individuo limitado como aspirante espiritual en la forma de meditación, repetición de un mántra, canto y el resto de prácticas, sólo tienen como fin matar el tiempo mientras el Ilimitado Ser decide qué hacer con el aspirante espiritual. Sí, esta enseñanza mata todos estos egos espirituales que andan fastidiando aquí sobre el planeta, pero es toda la verdad. Si alguien todavía duda de mis palabras, es sólo cuestión de tiempo para que se dé cuenta de que estoy totalmente en lo cierto con respecto a este absurdo tema llamado “darse cuenta del Ser”. Cuando se dé cuenta de su Ser, dirá: “¿Qué estuve haciendo antes?”. Estuvo sufriendo el síndrome de Napoleón, como expliqué antes.
¡Que el Ser Ilimitado (el Bromista universal) que ha leído y escrito este artículo sea adorado por siempre!