Sí, ciertamente que existen varias categorías de discípulo (p. ej. principiante, intermedio, avanzado), pero ahora describiré las equivocaciones más comunes cometidas por los discípulos “como un todo”. Obviamente, los muy avanzados se quedan fuera de mi presente descripción.
La cultura occidental alienta fuertemente la “individualidad”. Hay otra palabra que se menciona frecuentemente en Occidente: “libertad”. Con libertad la mayoría de las personas se refiere aquí a libertad corporal y mental, obviamente. De cualquier forma, incluso en el caso de mente y cuerpo, la gran mayoría de la gente en Occidente, y, por supuesto, en el mundo entero, no es libre en el más pleno sentido de la palabra. Sus cuerpos, al igual que sus mentes, van aquí y allí, pero no son realmente libres. Están a merced de las circunstancias externas todo el tiempo. Siendo éste el caso, la palabra “libertad” significa “limitada libertad corporal y mental” en realidad. El propio cuerpo podría no estar en prisión por toda una vida, pero no es libre jamás. Tiende a enfermarse en cualquier momento, por ejemplo. Está condenado a morir tarde o temprano también. La mente puede moverse libremente desde una idea a la otra, pero no es totalmente libre pues la locura está siempre aquí como un fantasma listo para abalanzarse sobre ella. Cuando la locura es usual (p. ej. pensar inútilmente todo el día), la gente le llama “cordura”. Por ejemplo, si consultas a un psicólogo, él o ella muy probablemente te dirá que tener la mente encendida el día entero es completamente “normal”. Raramente él o ella te recomendará detener tu mente cada día por un cierto período de tiempo al menos. De esta manera, la locura es aceptada por todos como “normal”. Pero si le preguntas a un maestro espiritual, él o ella te dirá que estás loco (gentilmente, por supuesto) si mantienes tu mente encendida todo el santo día.
En definitiva, el cuerpo nunca es libre, porque está condenado a sufrir enfermedades, muerte, etc. desde su mismísimo nacimiento. Si tu felicidad se basa en el cuerpo físico, te puedo asegurar que nunca serás perfectamente feliz no importa cuán duramente lo intentes. A su vez, la mente es siempre tendiente a la locura de modos diferentes. Una estúpida pero poderosa idea puede infectarla en cualquier momento y el resultado final será malo siempre. Puedes analizar historia humana y ver cómo poderosas ideas estúpidas infectaron a la humanidad en el pasado. Lo mismo está sucediendo ahora mismo, obviamente. Por ejemplo, si enciendes tu TV recibes muchos documentales que tratan sobre ciencia moderna. Junto con los buenos contenidos también recibes la basura en la forma de ideas que establecen que la Vida empezó a partir de la unión de algunos átomos y así sucesivamente, o que el ser humano evolucionó a partir de los simios, o que tus ancestros son antiguas criaturas marinas, etc. Toda esta basura “siempre” esquiva la presencia de una Inteligencia Superior produciendo todos los procesos. Es como si tales procesos sucediesen “naturalmente”. Todo eso es completamente falso simplemente porque NO eres mera materia, pero para empeorar las cosas, tales teorías omiten la presencia de una Fuerza Creativa que es superior a los seres humanos. Estas estúpidas ideas podrían parecer inofensivas pero mediante la repetición la gente comienza a creer que son ciertas. A través de constante repetición de lo que es absolutamente absurdo, la mente termina creyéndolo. Ésta es la forma en que trabaja la locura. Por lo tanto, si alguien va a construir su felicidad sobre esta criatura tendiente a la locura (es decir, sobre la mente), puedo asegurarle que no será perfectamente feliz jamás, pues la mente nunca puede librarse del constante bombardeo de ideas locas.
Finalmente, tenemos al Ser. El Ser es el “Yo real”. Alguien que construya su felicidad sobre Él de seguro que tendrá éxito. Tal persona “no” tiene que desperdiciar su tiempo tratando de convertir su cuerpo físico en inmortal y cosas por el estilo, porque este cuerpo está condenado al fracaso desde el mismo inicio. Tal persona “tampoco” tiene que desperdiciar su tiempo tratando de modificar su mente para que contenga solamente “buenas ideas”. NO, al comienzo tal persona debe aprender a detener su mente al menos por cortos períodos cada día. Después, en una etapa intermedia, tendrá que meditar en que su mente es el Poder del Ser. En una etapa avanzada, tendrá que aprender a mover su conciencia del Yo desde mente/cuerpo hacia el Ser Mismo. Al final, esa persona no conservará la asociación entre el Ser y mente/cuerpo y disfrutará de perfecta felicidad por siempre. Cuando estaba en ignorancia, esa persona creía que su Ser o “Yo real” era mente/cuerpo. Como resultado, ¡todo lo que le ocurría a mente/cuerpo le estaba ocurriendo a ella misma! Ahora, como ha logrado iluminación espiritual (perfecta felicidad), se da cuenta de que su Ser nunca está asociado con mente/cuerpo. Como consecuencia de ello, todo lo que le sucede a cuerpo/mente no tiene nada que ver con ella misma. “Qué este cuerpo siga viviendo o qué esta mente contenga sabios pensamientos. No es mi asunto. Qué este cuerpo muera o qué esta mente se vuelva loca. No es mi asunto de todos modos”, ésta es la actitud de una persona iluminada (una persona real con poder real).
Mi discurso previo será útil para comprender la principal equivocación que prácticamente todos los discípulos cometen en algún punto de su senda espiritual:
Ellos no escuchan a su maestro espiritual
Esta equivocación es tan usual. Se basa en un “fuerte sentimiento de supuesta individualidad y libertad”. Este sentimiento es alentado poderosamente por madre ignorancia espiritual especialmente en Occidente. Por ejemplo: “Uno es el arquitecto de su propio destino” o “Vivimos en un país libre” o “Si hubiese tenido una oportunidad, las cosas habrían sido distintas”, etc. Si examinas esas frases, notarás que todas ellas se basan en un fuerte sentimiento de individualidad y libertad. Desafortunadamente, salvo en el caso de gente iluminada, el ser humano no es el arquitecto de su destino ni vive en un país libre ni podría haber hecho algo diferente si hubiera tenido la oportunidad. Esto es difícil de tragar, lo sé, pero uno debe abandonar esas ilusiones si quiere lograr Liberación Final. Uno no puede alcanzar verdadera Libertad si supone que es completamente Libre desde el vamos. Por consiguiente, la primera tarea de un aspirante espiritual no es “hacer algo” sino “dejar de hacer algo”, a saber, “dejar de pensar que es Libre”.
En lo referente a la relación maestro espiritual – discípulo, esta plaga conocida como “fuerte sentimiento de supuesta individualidad y libertad” sigue jugando su infeccioso rol. Por eso es que un discípulo avanza lentamente en general: simplemente no escucha a su maestro espiritual. Tiene, en cambio, mejores ideas. Por ejemplo: el maestro espiritual le dirá que no medite más de una hora y media diariamente. Hará así por algún tiempo, pero en determinado momento muchos discípulos meditarán por más tiempo que eso (digamos 2 o 3 horas). ¿Por qué? A causa de la ignorancia espiritual. Cuando esto sucede, el sistema del discípulo se dañará tarde o temprano. Existe una razón para eso, la cual no puede explicar aquí porque está fuera del tema. De todos modos, más allá del daño a su sistema, existe otro daño invisible que ocurre: la institución llamada “maestro espiritual – discípulo” fue establecida por el Ser (el Señor Supremo) en las escrituras. Cuando un discípulo cruza la línea en lo tocante a la obediencia a su maestro espiritual, está también rompiendo todas las leyes que el Ser estableció para la relación maestro espiritual – discípulo. Como consecuencia, deja de ser un discípulo de ese maestro espiritual mientras mantenga su desobediencia. Siendo éste el caso, ¿de qué sirve meditar más de una hora y media entonces? Tratar de darse cuenta del Ser rompiendo Sus propias reglas es absolutamente disparatado. Nadie podrá hacerlo de esa manera.
Un día, ese mismo maestro espiritual le dice a su discípulo que se le permite meditar más de una hora y media cada día siempre y cuando satisfaga ciertas condiciones (p. ej. ser célibe). Si el discípulo se comporta como debería, avanza rápidamente, pero si cruza la línea nuevamente, su sistema se dañará “otra vez”. La meditación no es un juguete con el que juegas sino un poderoso método para darse cuenta del Ser. Si no sigues las instrucciones de tu maestro espiritual, fracasarás al final. No hay duda de ello. Fracasarás no sólo porque tu sistema se dañará tarde o temprano, sino porque no puedes darte cuenta del Ser sin prestar debido respeto a Sus leyes. El Señor Supremo estableció que la relación maestro espiritual – discípulo debe seguir ciertas reglas (p. ej. obediencia). Si rompes esto, no puedes esperar darte cuenta del Ser. Es el Ser el que se revela a Sí Mismo al discípulo por Su Libre Voluntad. Si el Ser no quiere hacerlo, no te darás cuenta de Él no importa cuanto lo intentes. Entonces, ciertamente, los métodos son muy importantes en lo que se refiere a darse cuenta del Ser, pero es mucho más importante la manera en que tratas a tu maestro espiritual y sus enseñanzas. Eres “libre” de seguir tus propias ideas sobre espiritualidad, pero esto nunca es recomendable. Si fueses capaz de volverte una persona libre por tu cuenta, no necesitarías de un maestro espiritual en primer lugar.
Repito, la noción de que uno es un individuo lleno de libertad se da por sentada, especialmente en Occidente. No puedes imaginar cuán efectiva es esta plaga para retardar el avance de la gente deseosa de darse cuenta del Ser. Debería ser considerada una peste porque realmente es eso, tenlo por seguro. Puedo afirmar que esta plaga es la causa raíz del 50% o más de todos los problemas que el discípulo encara en su camino espiritual. Muchos de ellos nunca la superarán, por cierto. Esta enfermedad está constantemente siendo fortalecida por casi todo lo que está alrededor de un discípulo. ¿Cómo darse cuenta del Ser en un mundo que está todo el tiempo estimulando exactamente lo opuesto? Bien, el discípulo tendrá que arreglárselas para superar todos los obstáculos en su camino o no podrá llegar a darse cuenta del Ser. Es así de simple. De ahí que esta tarea no es para gente tímida sino para verdaderos guerreros. La verdadera Libertad no es barata entonces.
Ellos le asignan un Ego bueno o malo al Ser
El Ser es inconcebible. Es bueno, malo y algo más también… y al mismo tiempo no es bueno, malo, etc. No puedes decir lo que Él es jamás. No puede ni siquiera ser delineado en el pensamiento de ningún modo. Ésta no es mi invención sino una verdad establecida en las escrituras. Cuando un discípulo le asigna a Él un atributo “bueno” o “malo”, esto podría ser útil por algún tiempo, pero para lograr finalmente iluminación espiritual, debe darse cuenta de Él como Él es realmente: inconcebible.
Todos los discípulos genuinos son devotos pues están “consagrados” al Ser. La clase más común de devoto considera fuertemente que el Ser es siempre “bueno”, mientras que el resto de la basura se la atribuye a madre ignorancia espiritual y así sucesivamente. Están todo el tiempo pensando que el Ser es una mina de Compasión en tanto que todo lo que es malo proviene de alguna otra parte. Acordemente, toda la gente que se dio cuenta del Ser “debería” ser buena, compasiva, etc. en su opinión. Así, si una persona que se dio cuenta del Ser asume otras características aparte de bondad, compasión y todo lo de ese estilo, ellos no pueden reconocerla como tal. A despecho de su estrecha concepción del Ser, estas personas de cualquier modo son devotas, porque están dedicadas al Ser únicamente.
Existe otra extraña clase de devoto que piensa que el Ser es un Tipo malo que siempre lo fastidia. No estoy bromeando. He visto a este tipo de devoto en persona. Sus protestas sobre cuán malo es el Ser dan risa. Nunca puede hallar nada bueno en Él. ¿Quién está estropeando su vida? ¡El Ser! ¿Quién le está trayendo todos estos problemas? ¡El Ser nuevamente! Estos raros devotos ni siquiera consideran el asignar al menos una pequeña porción de su infortunio a alguna otra cosa que no sea el Ser: ni siquiera el destino, la fatalidad, la inherente maldad humana, la madre naturaleza, etc. pueden entrar en sus mentes como siendo la posible causa de su infortunio. NO. Es siempre Él. Son verdaderos devotos de todos modos, pese a su extraña condición, porque están consagrados solamente a Él.
Sin embargo, ya sea que le asignen un Ego bueno o malo al Ser, deben abandonar esa actitud para alcanzar Liberación Final. El Ser contiene todos los atributos, tenlo por seguro, pero esencialmente está desprovisto de todos ellos. El Ser es absolutamente inconcebible y si quieres fundirte plenamente en Él, tienes que cesar de tratarlo como un Tipo bueno o malo. Puesto que Él está esencialmente más allá de toda descripción, si puedes describirlo como bueno, malo, etc., aún estás sujeto a madre ignorancia espiritual. Por consiguiente, debes abandonar, tarde o temprano, tu acto de asignarle atributos a Él, el inconcebible, o no alcanzarás iluminación espiritual como deberías. Esto es más fácil decirlo que hacerlo, pero de alguna forma un discípulo debe deshacerse de todas esas cosas o no se dará cuenta del Ser como Él realmente es. La etapa de “devoto” es como un vehículo que te lleva al templo. Una vez que llegas allí, debes dejar al vehículo y entrar al templo a pie. Del mismo modo, ser un devoto implica “dualismo” (tú y Él). De esta manera, no puedes ingresar a la Verdad no dual (el Ser) si retienes dualismo. Debes lograr completa identificación con Él o no tendrá lugar ninguna iluminación espiritual de manera correcta. Experimentarás visiones, sonidos sobrenaturales, etc., pero eso no es Liberación Final. Liberación Final significa adquirir Su Libertad. No puedes adquirirla si sigues siendo un devoto de mente estrecha lleno de dualidad.
En mi próximo artículo continuaré hablando sobre este tema.